martes, 12 de julio de 2011

Seguimos con los jardines: preguntas y respuestas

Más jardines [El libro: Michel Baridon, Los jardines. Paisajistas, jardineros, poetas [siglos XVIII - XX], Abada Editores, Madrid, 2008]

Otra idea: ese jardín pintoresco-paisajista rompe con las formas geométricas. Las formas geométricas “no tienen historia”, son siempre ellas mismas. Eternas, perfectas e inmutables: “Cultivar la irregularidad era también encontrar la verdad de los horizontes del lugar tal y como los tiempos los habían modelado, con las líneas y los colores que les eran propios”.

La creación de un jardín -como el de Versalles- conlleva la ordenación perfecta del tiempo y el espacio. El dominio absoluto de la naturaleza, puesta al servicio del hombre. La geometría nos ofrece un espacio sin misterio, un espacio en el que el hombre -el hombre, no sólo el rey- expresa su poder.

El jardín “de la sensibilidad”, como lo denomina el autor, con sus caminos sinuosos y su crecimiento “natural” (que no lo es: pues ha sido ordenado por el hombre) nos ofrece, en primer lugar, una visión incompleta: el paseo nos abre perspectivas, nos revela fragmentos del total. Una avenida recta nos muestra una perspectiva final. Un camino sinuoso nos ofrece una pregunta / una respuesta en cada recodo. Nuestro paseo es una sucesión de descubrimientos, de sensaciones. Pero no abarcamos la totalidad, que nunca se nos revela. Sólo existe una posibilidad, aparente, de respuesta: un lugar elevado.


Quizás lo encontremos: sin embargo, tampoco es una respuesta. La naturaleza nos oculta, ahora, los caminos: Los desniveles del terreno, los árboles… Estamos arriba, pero tampoco dominamos el jardín o el mundo. No hay un punto privilegiado de observación. No hay una respuesta.


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